lunes, 28 de diciembre de 2009

Eres diseño de Dios


En el capítulo 12 de 1ª. Corintios, Dios habla sobre los dones espirituales y cómo cada uno pasamos a ser parte de su cuerpo, no importando a que miembro pertenezcamos, sólo espera que funcionemos en unidad. Por eso este capítulo me enseñó desde un principio en mi caminar con Cristo, a amar y respetar a las hijas de Dios sabiendo que El es quien les da los dones y los ministerios.

Con razón en Efesios 4.11 dice que El mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que viviéramos entre ellos (Efesios 2.10)

Podemos estudiar a través de estos versos que Dios tiene un diseño personal para cada hijo y que al estar metidos trabajando y viviendo en éste vamos a recibir la recompensa que Dios ha preparado para el que le cree y le obedece.

En la Biblia podemos encontrar hombres y mujeres que vivieron la bendición de caminar conforme al diseño de Dios.  Indiscutiblemente en el camino se encontraron son muchas circunstancias con muchos obstáculos que se oponían a que llegaran al cumplimiento de su propósito pero con todo eso, vamos a sobrepasar los obstáculos únicamente por medio del Espíritu Santo.  Para El no existen las limitaciones y nos hace ilimitados.

Si cada uno somos diseñados por Dios, si a cada uno el Señor nos da un trabajo en su obra para que accionemos de acuerdo a nuestro diseño no podemos dudar que sí hay un  lugar dónde trabajar con pasión para tu Dios y los suyos; viene el día en que todo lo que hagas será para El y eso te dará la satisfacción que hasta hoy no has logrado.

Recordemos a Moisés a quién Dios había diseñado para sacar a un pueblo de un mundo de pobreza, opresión y enfermedad a una tierra de abundancia y aunque Moisés se sintió incapaz de enfrentarse al Faraón por el poder de Egipto y las debilidades de Moisés, el Señor lo respaldó en todo momento para que el diseño en Moisés favoreciera al pueblo y diera Gloria al Dios de los hebreos. No importó la comodidad y eminencia en la que creció, mientras estuvo en el palacio junto al Faraón y su “madre” egipcio que lo amaba profundamente; entre riquezas servidumbre y fama, llegó el momento de cumplir con aquello para lo cual había sido diseñado.

Así David, aunque era el pastorcillo, el sirviente, llegó el día de la manifestación de su diseño: Rey de Israel y el Cantor y adorador de Dios.

Sansón, diseñado por Dios para vencer a los filisteos, aún en el último momento cumplió y no falló a su diseño.

Dios nos ha diseñado para algo especial en Su Reino, en su obra, en sus sueños, porque El tiene planes de bienestar para nosotros para que alcancemos el fin que esperamos.

Si aún no sabes cuál o cómo es tu diseño pregúntale al Espíritu Santo para que su respuesta te haga vivir realizado.

martes, 22 de diciembre de 2009

Levántate, sigue la carrera


El domingo recién pasado tuve la oportunidad de visitar una congregación muy grande a la que pertenecí por algún buen tiempo. No puedo olvidar que cuando llegué a ese lugar mi fe estaba enferma porque había vivido una etapa donde todo lo que me sucedía era lo contrario a lo que el Señor me había prometido.  Durante aquel tiempo Dios solo hablaba, a través de varios pastores de fe y fe, mas fe; no cabía la duda que El me había llevado a ese lugar para restaurar, fortalecer y accionar mi fe.

Cuando tuve que moverme de esa congregación mi mente y corazón habían sido renovados. Cada vez que puedo la visito, he recibido tanto allí.

Ingresé al templo, creí que había llegado muy temprano pues había muy pocos hermanos. Esperé poco para ver el inicio del “Culto al Señor” y solo estaba el 5% aproximadamente de la congregación y al terminar apenas era el 10%.

¿Qué pasó con los miles que llenan el templo? Es que el pastor general no iba a predicar, no estaba; entonces al 90% que faltaba no les interesaba lo que otro pastor dijera como si Dios no iba a hablar a través de éste lo que tenía preparado para sus hijos.

¿Qué nos pasa? ¿Acaso no al principio de nuestro caminar con Jesús en todo queríamos oír su voz y su Palabra?

Recordé entonces Apocalipsis 2.4, una porción sobre la cual mi pastor había predicado por varios días y que a veces creemos ingenuamente  nunca va a suceder.

Ya Pablo en 1ª. Corintios 9.26-27 habla de la responsabilidad que sentía de no quedarse sentado a la vera del camino viendo pasar a los que no se cansaron, no se rindieron, que probablemente resbalaron, tropezaron, se hirieron, sufrieron sed, deshidratación, codazos, empujones de los que los rodean; el sol que quema, el aire que falta, los vientos contrarios que se vuelven resistencia al competidor pero no los detiene nada, van hacia la meta, a terminar la carrera, a recibir la corona incorruptible.

Corremos el peligro hermanos, de descuidarnos, de acomodarnos en nuestra carrera y lo peor, perder el primer amor, al que nos llamó para correr con El esta carrera.

La vida es esa carrera en la que vamos experimentando diversas etapas, recibiendo galardones según la prueba vencida pero también un abastecimiento que solo el amor, el poder y el cuidado que la mano de Jesucristo nos puede dar.

El es el agua que quita la sed y el pan de vida. Pablo nos aconseja en Filipenses 3.13-14 proseguir a la meta para poder decir al final de la vida como dijo Pablo: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2ª. Timoteo 4.7

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Aflicción: Camino a la Honra


Siempre se habla de la batalla que existió entre los dos hermanos gemelos Esaú y Jacob aún, dicen Las Escrituras, en el vientre de la madre (Génesis 25.22)

También es muy común oír calificar a Jacob como “el suplantador” pero un día reflexionaba, analizaba cuán difícil fue el caminar para Jacob. Será que fue su castigo por usurpar? O como escribía en el tema anterior, el camino para el ungido de Dios es angosto?

            Del parto de Rebeca, Jacob era el segundo quien, luchando por la vida, se toma del pie de su hermano para subir del vientre de su madre. Durante su niñez y juventud notó la preferencia de su padre Isaac para Esaú por ser el primogénito y Rebeca con su amor llenaba el corazón de Jacob.

            Había un secreto en el corazón de Rebeca, secreto entre ella y Dios, nadie más lo sabía. Dios había hablado a Rebeca: El mayor servirá a menor. (Génesis 25.23) y ahora era el tiempo de recordar esa promesa. Isaac agonizaba y era la oportunidad de ver el cumplimiento de la promesa. Tanto Rebeca como Isaac habían sufrido de la desobediencia y deshonra de Esaú al unirse con ititas que se burlaban de ellos. En las manos de Esaú peligraba la tribu. Por esto y más Rebeca amaba a Jacob. (Génesis 25.28-29

            Cuenta la Biblia que Esaú sale al campo en busca de comida para el padre y es cuando Rebeca inicia un plan para que sea Jacob quien reciba la bendición en lugar de Esaú sin importarle las consecuencias (Génesis 27.13)

            De aquella decisión rebeca nunca más vio a Jacob pues este tuvo que huir de la presencia de su hermano y quedarse sin nada. Para qué entonces la primogenitura y la bendición?

            Más adelante Jacob se encuentra con un hombre que lo engañó, explotó y hasta lo persiguió para matarlo. Su tío Labán. En medio del desierto muere Raquel, la mujer que amó y por quien trabajó y toleró los abusos de Labán quedándose con José y Benjamín en su vejez, amándolos más que a sus otros hijos, provocando en estos rechazo, envidia y desamor para José, al extremo de sufrir por muchos años, el dolor de ser engañado una vez más, ahora por sus hijos quienes dijeron que José había muerto. Si, el hijo de su vejez y recuerdo de su amor.

            Mas Dios no se olvidaba de sus promesas y como está escrito: Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. Así aconteció a Jacob en todas las batallas, Dios le da la victoria.

            Dios cumple la promesa a Rebeca. (Génesis 46.3 y 7) y Jacob se multiplicó; sus hijos fueron las cabezas de las tribus de Israel y que no decir de José. Dios honró a Jacob y pudo olvidar el dolor y sufrimiento que vivió en su caminar a la meta.

            La bendición de la primogenitura lo llevó a la meta y a cumplir con el propósito para el cual había sido escogido.

            No importa cuál afligido estés hoy; de todas te sacará el Señor y te honrará, te pondrá en alto, tus hijos disfrutarán del cumplimiento de las promesas que Dios te ha dado porque El es Fiel.

martes, 8 de diciembre de 2009


En este tiempo es muy bueno recordar algunas porciones bíblicas que talvez en aquellos tiempos no se habían hecho vida en nosotros.  Muchas veces escuchamos hablar del camino angosto que el cristiano tenía que recorrer para alcanzar la meta en el Reino de Dios, pero es hasta ahora que realmente te sientes caminar en él. Mt 7.13-14.

Caminar conforma a la Palabra de Dios no es fácil. Primero porque somos muy analistas y razonadores y luego porque todo lo queremos en nuestro tiempo y a nuestra manera.  Así como la Biblia dice que hay dos caminos, también dice que hay cuerpos celestiales y cuerpos terrestres que sin duda reflejan dos formas distintas de vivir.

Unos caminarán por fe, en la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve y otros caminarán por vista. Unos en un camino ancho, visible, donde todo es fácil y…”a donde va Vicente, va toda la gente” y otros el angosto donde muchas veces hay que caminar solo, en medio de espinos, baches, piedras que quieren hacer el caminar inconstante, fatigoso, inseguro y lento.

El camino al monte Moriah que Abraham recorrió, creyendo que su Dios proveería el cordero, fue cuesta arriba, en medio de piedras, escombros, abrojos y un gran dolor; obstáculos que podrían desanimar a Abraham y no se cumpliese el propósito de su vida y no ser el Padre de la fe.

El caminar que Moisés recorrió una y otra vez hasta el palacio del Faraón para llevar el mensaje de salvación que Dios le había dado para su pueblo y que el Faraón debía atender, fue en medio de peligro de muestre, burlas, insultos y amenazas, dando Faraón todo lo contrario al pueblo de Dios y provocando una desconfianza de los hebreos hacia Moisés; el salvador.

Todo era muy negativo y difícil para Moisés. Los hebreos no creían ni a él ni a Dios.

Claramente nos dice el Señor: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16.33.

Como él venció, nosotros venceremos. Ir en el camino de Dios, en medio del mundo, trae aflicción, abandono, soledad porque muy pocos van a entender tu caminar y muchas veces la victoria es en secreto entre Dios y el vencedor. Para muchos Jesús fue crucificado y allí muere su historia. Pocos somos en el mundo  los que sabemos su victoria pues ¡Resucitó! Y ha sido exaltado a lo sumo y está sentado a la diestra del Padre y no hay otro nombre en el que haya salvación y juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino. 2ª. Timoteo 4.1.

Su Nombre es sobre todo nombre. Es el hijo de Dios. Bueno es entonces recordar, que en nuestro caminar, muchos estarán a la orilla, viéndonos pasar. No esperes aplausos ni ovaciones porque, aunque es una carrera como dice el Apóstol Pablo, el que da los galardones no es el hombre natural, sino Dios que ha puesto el camino y la meta final.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Jesús sobre la herencia generacional


Cómo pasan los días, las semanas y los meses. Los años se van como agua entre los dedos. Esto me hace pensar sobre los aciertos y desaciertos que hemos tenido durante la vida. Inmediatamente me vino a la mente Salomón pues, como él mismo escribe, nada nuevo hay debajo del sol y los errores que hoy se cometen son casi los mismos de ayer.

La Biblia nos dice que cuando Salomón llegó al trono en lugar de su Padre David lo que le pidió a Dios fue sabiduría pues se consideraba temeroso, talvez incapaz de gobernar por su timidez.

De David, padre de Salomón, dice la Biblia, era conforme al corazón de Dios, sin embargo la Palabra de Dios también dice que David no tuvo el privilegio de levantar el templo a Jehová, a causa de la sangre que había derramado. Este privilegio Dios se lo concedió a Salomón y así lo hizo.

Pero Salomón en el transcurso de su vida se vio involucrado en adulterio, idolatría, decepcionó a sus súbditos por la desobediencia a Dios y sus mandamientos, de tal manera que mientras David llevó el Arca del pacto al mismo patio de su casa, Salomón por pasión a una mujer pagana, levantó el templo a los dioses de aquella mujer; además cuando David cometió un adulterio del que se arrepintió profundamente, salomón cometió mil adulterios al extremo de dedicarse grandes temporadas a las pasiones olvidándose del gobierno; también David escribió Samos de alabanza y adoración a Dios y su hijo Salomón, escribe en Eclesiastés las reflexiones de su vida y podemos percibir allí su frustración y decepción al llegar a viejo y darse cuenta que en vano fue tanto afán. Al final se quedó solo pues perdió la esencia del matrimonio y la sexualidad.

Ahora, ¿Qué nos enseña esta pequeña reflexión? Sino lo que Dios nos aconseja; atender lo que ha quedado escrito en su Palabra como ejemplo para que no nos acontezca cosa igual.

¿Qué hacer entonces cuando las herencias generacionales afectan negativamente nuestra vida física, moral, económica y espiritual, con efectos multiplicados como le sucedió a Salomón?

En Lucas 4.8 hay una porción llena de amor y poder que hace que levantes tus ojos, manos y corazón a Dios. Jesús dice: he sido enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, a poner en libertad a los oprimidos. Solo nos queda creerle al Salvador y recordar 2ª. Corintios 5.17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Aleluya.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Dios siempre está en tus asuntos


Hay momentos en la vida de los hijos de Dios que se sienten confundidos pues, procurando agradar al Señor, resulta una serie de circunstancias que están muy lejos de ser el cumplimiento de sus promesas.

Asustado, sorprendido y sin saber qué más poder hacer, ves claramente las manos de satanás sobre tu vida, sus tinieblas te rodean con enfermedades que parecen sin salida, escasez que te aflige al extremo de involucrarte en deudas que te hacen sentir preso o cautivo, problemas familiares que nunca antes habías tenido. ¡Ya no sabes qué hacer! No sabes cómo orar pues, parece que mientras más oras, más te hundes en la angustia pues nada sucede a tu favor. Sin embargo has permanecido fiel en la obra del Señor y sirviéndole, haciendo cosas inusuales que provocan más la ira del enemigo. Sigues fiel en tus diezmos, ofrendas, siembras, predicando su Palabra porque siempre has creído y obedecido lo que Dios dice en Su Palabra.  Pero Dios que no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse de lo que te ha prometido hoy te dice: VENGO CON JUSTICIA SOBRE LA INJUSTICIA, SOBRE TU VERGÜENZA, SOBRE LA ENFERMEDAD, SOBRE LA DIFAMACIÓN EN TU CONTRA porque yo siempre he estado en tus asuntos y NO PERMITIRÉ MÁS INJUSTICIAS SOBRE TU VIDA. Los cielos declaran Su Justicia (Salmo 50.3-6)

Hoy te recuerdo que Dios no es injusto para olvidarse de lo que has hecho para su obra y para sus hijos ni de tus pactos. (Salmo 50.5) Si bien es cierto que hubo un momento en el que Elías corrió asustado y confundido a esconderse de la persecución de Jezabel, cómo Elías no entendía dónde estaba su Dios?; Que David huyó a la cueva y por las mismas razones, la persecución de Saúl, huyó a la cueva haciéndose el loco, De igual forma José no entendía en momentos cómo por las calumnias de la mujer de Potifar fue afligido en la prisión y tampoco lograba ver a su Dios; también es cierto que llegó el día en que Dios se levantó en justicia y aquellos hijos fieles que un día fueron humillados, perseguidos, burlados, mutilados y olvidados, fueron exaltados por El.

No olvidemos, Dios está siempre en nuestros asuntos, Gloria a Mi Señor.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

El alma y el espíritu


Hace unos días en un programa de radio hablaba sobre que la Palabra de Dios es como una espada de doble filo que llega a lo más profundo hasta separar el alma y el espíritu. En el tema enfocaba la forma de pensar, hablar y actuar del ser humano y de cómo cambia de acuerdo a la voz interna que escuchamos, por lo que es una bendición que la Palabra llegue a separar los pensamientos que nacen del alma de los que Dios pone a través de su Espíritu Santo, de manera que escojamos cuál nos conviene seguir.


Con esta separación lo que Dios quiere es, mostrarnos la función de la mente y la del espíritu y los pensamientos de cada uno. La mente es un conducto del pensamiento y de las emociones del alma o carne, o es un conducto del espíritu y sus planes de bienestar para nosotros. Conviene y es correcto someter el alma al espíritu.

Muchas veces nuestra mete dice que Dios no ha respondido a nuestras oraciones y es que Dios no responde de acuerdo a nuestros pensamientos. Es seguro que Dios en su sabiduría nos haya dado un no a nuestra petición, entonces no es que no haya respondido sino tiene mejores planes para nosotros que, de entenderlo tendríamos una vida de reposo y de victoria.

Hay que tener pospensamientos positivos de Dios pero no el positivismo del mundo del que hablan muchos para que nuestro espíritu tenga alimento y nuestra alma no caiga en crisis de depresión. Existen muchos libros escritos por buenos y malos autores, pero en ambos casos, al leerlos debemos de esforzarnos porque el espíritu con que fueron inspirados no influya en nuestra alma ya que el autor puede tener un espíritu vivo por Cristo Jesús o muerto sin El.

La Biblia es el libro inspirado por Dios para redarguir, edificar, transformar; por lo tanto tiene el Espíritu de Dios que va a afectar tu espíritu, dándole vida y buenos pensamientos que van a luchar constantemente con los del alma y al vencer tendremos como resultado una vida abundante.

Es pues la Palabra del Señor la que debemos atender para que el Espíritu que la inspira se haga uno con el nuestro y caminemos de acuerdo al consejo de Dios.

lunes, 26 de octubre de 2009

Jesucristo el Sanador


Cuando platicamos con las personas nos damos cuenta de que el mundo está pasando diversas crisis. Como estamos en el mundo, muchas de ellas nos van a tocar, pero como no somos del mundo de todas nos va a librar Aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable; Jesucristo el Sanador.

Hace unos días una pequeña niña tuvo una tremenda quemadura que obligó a la familia a buscar la ayuda de especialistas, injertos y muchas cosas más. Pude entender su angustia y dolor. Hace unos meses mi hija, una señorita de 32 años, en espera del varón que Dios le envíe para esposo, fue diagnosticada con una enfermedad en sus manos, que no era de muerte pero sí incurable. Cuando oímos el diagnóstico sentimos un gran golpe y angustia. Salí corriendo a mi habitación y le dije al Señor: Necesito una palabra tuya que aliente mi corazón porque siento enloquecer. Encendí el televisor y mi canal cristiano apareció en él, un siervo de Dios que a toda voz, con voz de trompeta dijo: ¡Sucederá todo lo contrario al diagnóstico que te dio el médico!. Lo repitió dos o tres veces más. Me quedé sorprendida. Me parecía increíble. Yo temblaba y lloraba, pero aquella promesa se clavó en mi mente y mi corazón e inmediatamente se lo compartí a mi hija. Ella le creyó al Señor  y empezamos a declarar su promesa.

Aún así pasé cuatro días sin comer y en las noches sin dormir. Mi hija callada, atormentada y en una situación emocional similar. La cuarta noche, oí al Señor queme dijo. ¿Vas a seguir llorando y temblando? ¡Levántate y declara mis promesas!. “Sucederá todo lo contrarío al diagnóstico”.  Dí un salto de la cama, me sacudí el temor, me enojé contra el inmundo que había entrado como ladrón a nuestras vidas y por nombre lo reprendí y lo eché fuera en el Nombre de Jesús; declaré los planes de bienestar que Dios tiene para nosotros, sus promesas y cubrí con la sangre preciosa de Jesús la piel de mi hija declarándole vida y confesando que por la llaga de Jesús somos curados. Sembré creyendo en su promesa y en Su Palabra.

A los quince días, la piel comenzó a tomar color ¡Aleluya!. El Señor estaba obrando. Le dábamos gracias y seguíamos declarando Su Palabra. Por otro lado, desfilaban como nunca personas en esta afección, hasta Muere Michael Jackson, quien con todo el dinero que tuvo, nunca se pudo librar de esa enfermedad;  ¿Cómo nosotros lo estábamos logrando?; el diablo enviaba dardos de día y de noche a nuestras mentes. Pero cuando Dios habla al corazón, no hay dardos ni circunstancias que puedan borrar, destruir o anular la verdad que El ha sellado en nuestro corazón. El ya había decretado sanidad. Al mes, el 50% de la piel se había restaurado y hoy veo con gozo que aquella piel que Dios había entretejido en mi vientre, limpia, fina luce como El la hizo: Sana.

Jesucristo es el Sanador de nuestro ser completo. Ese es el privilegio de los hijos de Dios. No vamos a ser avergonzados los que en El hemos confiado y es el enemigo y los suyos los que siempre serán derrotados.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Enemigos de la fe


La fe es la herramienta para ver en lo natural lo sobrenatural que Dios ha dado a nuestro espíritu.

La fe nos anuncia que un milagro viene; ve que en lo espiritual, en lo invisible se está formando todo lo natural que esperamos para vivir aquí en la tierra. Sin embargo hay enemigos de la fe que quieren apagarla. Vemos unos de ellos:

  1. Los sentidos: Son las maneras de comunicarnos con el exterior y cada uno de ellos percibe solamente el mundo natural; circunstancias en la mayoría de veces niegan lo que hemos creído. Es necesario recordar que el hijo de Dios camina por fe y no por vista.
  2. El tiempo: El tiempo que el Señor se toma para responder a nuestras peticiones o a sus promesas nos hace creer que El se ha olvidado de ellas y de nosotros y es que realmente no reconocemos el tiempo de Dios. Lo importante es no olvidar lo que el Espíritu nos prometió, pues no es hombre para mentir ni arrepentirse y lo que nos dijo lo va a cumplir.
  3. La conciencia: La conciencia siempre está de parte de Dios. Una conciencia limpia nos permite acercarnos a Dios y creerle (fe). Lo contrario sucede cuando por el pecado, no hay conciencia limpia. Acerquémonos a Dios, confesemos nuestros pecados y El, que es bueno, nos perdona para que sigamos adelante.
  4. Los desviados: Muchos, pero muchos hijos de Dios pierden la fe porque en momentos de problemas buscan el consejo de amigos que están desviados de la verdad. Qué consejo pueden recibir?. Por ejemplo, los amigos de Job.
  5. La  ciencia: Esta dice que existe sólo aquello que se puede comprobar. Opuesto a la fe. Hay personas que creen más en la ciencia que en Dios, en un diagnóstico y en la medicina que en lo que Dios puede y quiere hacer.
  6. El legalismo: Hace que nos sintamos culpables de todo, sin serlo. Decimos que Dios no nos responde porque no lo merecíamos. Dios no responde a la necesidad humana; no habría pobres ni enfermos, en hospitales ni orfanatorios, etc. El responde a nuestras confesiones de fe porque oye que le creemos; a la declaración de Su Palabra porque El cumple lo que Escrito Está, a la siembra porque el que siembra, cosecha.
  7. Los prejuicios: muchas veces queremos que Dios responda a nuestros planes, a nuestra manera y en nuestro tiempo. Como nada sucede, perdemos la fe. Dios es soberano y hace las cosas cuando quiere, y a la manera que El quiere.
  8. Los supersticiosos: Confunden la fe con superstición. Quieren acercarse y acercarnos a Dios con sus rituales paganos o de hechicería usando el nombre de Jesús, lo que resulta abominable a Dios y nunca responderá.

Es necesario renovar la mente y el entendimiento. Sin fe es imposible agradar a Dios.

martes, 6 de octubre de 2009

Descansando en El



Hay un coro que toca mi corazón porque dice lo que mi mente y mi corazón muchas veces han experimentado. Dice: Esperar en ti, difícil se que es, mi mente dice no, no es posible; pero mi corazón confiado está en ti, tú siempre has sido fiel, me has sostenido. Y esperaré en la tormenta que aunque tardare tu respuesta, yo confiaré en tu providencia, Tú siempre tienes el control.

En el libro de Salmos, en el 142 podemos leer como David, aquel varón conforme al corazón de Dios, expone su corazón delante del Señor para expresarle la angustia por la cual estaba pasando. (Te sugiero que lo leas)

Podemos notar cómo su mente declara todos sus temores pero también cómo su corazón permanece confiado en las promesas y pacto de Dios.

Parece que así es el vivir del hijo de Dios porque cómo sacar de lo profundo la fe que Dios ha puesto en nosotros y que ha ido aumentando y desarrollándose en nuestro caminar para hacer de nosotros hijos e hijas maduros.

Muchas veces nos equivocamos pensando que las batallas, problemas o resistencia viene de satanás y los suyos, pero unas veces será el mismo Dios que quiere sacar de nosotros todo el potencias que ve en nosotros, pues somos reyes y, como David, debemos ser preparados y adiestrados para vivir como reyes.

Pero ¿Por qué Dios nos hace pasar esos momentos tan difíciles? El nos ve vencedores, El es un Padre amoroso y responsable, que confía en ti y en mí. El sabe que podemos vencer todo obstáculo y nos da Su Nombre y Su Palabra para que en Su Nombre y en Su Palabra alcancemos la victoria.

Si bien es cierto que dice Su Palabra que el que pelea contra nosotros, El no esta con ellos y que delante de nosotros caerán, también es cierto que el no es un padre que defiende lo indefendible, haciéndonos cobardes, inútiles y pusilánimes.

El nos conoce, sabe qué podemos hacer, qué podemos alcanzar y adiestra nuestras manos para la batalla.

No tengamos más temor, El no nos deja avergonzados, antes meterá su mano para sacarnos del hoyo o del fango donde habíamos caído, porque El, que empezó la obra en nosotros, la va a terminar. Puedes descansar confiadamente que El no te va a fallar.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Espera en El y El hará



En el capítulo 19 de 2º. Crónicas habla del Rey de Judá, Josafat, de cómo su corazón íntegro y dispuesto para adorar a Dios, le permitió gobernar y guiar a sus líderes en justicia y paz para el pueblo de Judá; así como tener la autoridad para quitar las imágenes de Asera de aquella tierra donde reinaría.

Sin amargo en el capítulo 20 leemos como hubo un momento en el que el temor invadió el corazón de Josafat ante la noticia que los pueblos cercanos con los que nunca había tenido pleito ahora se levantaban y venían en contra de él.

Afligido, confundido, temeroso corrió y postrándose humilló su rostro delante de Jehová para consultarle. Pregonó ayuno a todo Judá y luego se puso de pie y frente a la asamblea de Judá empezó a declarar a toda voz los atributos y maravillas de su Dios, de todo lo que de El y en El creía y confiadamente y públicamente le dice a Dios:

¡Oh Dios Nuestro!¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerzas contra la grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, pero nuestra confianza está puesta en ti.

Cuántos corazones se sienten como el de Josafat porque estas sufriendo la opresión de los enemigos por todos lados, sintiendo un caos en tu vida, todo lo ves desordenado, las tinieblas te invaden y no te permiten ver la salida y no sabes que hacer.

Has buscado el rostro y la voz del Señor sin encontrar respuesta; mas el Señor que está contigo hoy te dice: No temas, ni te amedrentes delante de esta multitud, porque no es vuestra la guerra sino de Dios. No habrá para qué pelear vosotros este caso, paraos, estad quietos y ved la salvación de Jehová con vosotros.

El Señor tiene la estrategia para vencer a nuestros enemigos; sus planes de maldad se volverán contra ellos y serán confundidos. Hoy como Josafat, demos adoración y alabanza a Dios por la victoria que nos ha dado ya y por la honra que recibiremos frente al adversario porque todos verán que no somos avergonzados los que hemos confiado en Jesús. Amen.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Las recompensas para el vencedor


Indudablemente el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo es para valientes y vencedores. El mismo Jesucristo nos ha dado el mayor ejemplo padeciendo hasta la muerte en la cruz para cumplir con el propósito de Su venida a la tierra; rescatar lo que se había perdido; todo por amor.
Habiendo padecido todo, el es grande en misericordia para no darnos una prueba que no podamos soportar. El nos conoce y nos llevará paso a paso para vencer las pruebas y tribulaciones que se nos presenten, que por difíciles que sean, nunca se compararán a lo que El padeció.
Cuando leemos las escrituras, en Apocalipsis 2 encontramos los mensajes de Dios, El Ángel de la Iglesia, a Su Iglesia y podemos notar que en todo momento el dice: “Al que Venciere” y luego presenta sus hermosas promesas que como recompensa tiene al que venciere. Por supuesto sus promesas son para levantar nuestro corazón con esperanza pero hoy nos detendremos a reflexionar sobre lo que el Ángel de la Iglesia, le dice a la Iglesia de Efeso en Apocalipsis 2.7.
Muchas veces hemos declarado, hemos oído como Jesucristo, a través de su sacrificio nos vuelve a la eternidad, a la inmortalidad que habíamos perdido y en la promesa que encontramos en el verso 7 pues nos dice que al vencedor y quien llegue hasta el final le dará el derecho de comer del árbol de la vida que está en el Paraíso.
Algunas versiones todavía son más específicas y dicen que mes con mes comeremos del árbol de la vida, fuente de vida; lo que quiere decir que somos eternos, inmortales, si y solo si Jesucristo el árbol de la vida, está en nosotros desde ahora, de tal manera que cuando muramos y seamos transformados, nuestra eternidad, dependerá siempre del que nos salvó de la muerte eterna y de las tinieblas aquí en la tierra; Jesucristo Nuestro Señor.
Comeremos, nos alimentaremos y sustentaremos de su inmortalidad y nunca más tendremos sed ni hambre.
Con razón dicen las Escrituras que allá no habrá ni tristeza ni dolor, ni el sol dará su luz, ni la luna su esplendor pues entonces Jesús el Rey de Gloria para siempre nos alumbrará.

El testimonio del cristiano

Desde que Jesucristo llega a nuestras vidas, parte de las enseñanzas de los mensajes que recibimos es Guardar nuestro testimonio.

Esto se convierte en un anhelo para el cristiano y a la vez un conflicto porque constantemente el hijo de Dios es señalado, acusado por hermanos, no digamos por pecadores que deseando abusar de los cristianos lo primero que te recuerdan es el testimonio que ellos desean ver y que por supuesto sea a su favor. Resulta pues muy difícil complacer al mundo pues siempre se esforzarán por ver nuestros pies de barro.

Recuerdo una porción de la Biblia que nos muestra cómo es que muchos no les interesa el buen testimonio de los hijos líderes del Señor; lo ignoran o lo juzgan para justificar su incredulidad en Dios.

En Lucas 16: 27-31 aparece parte de la historia del rico y Lázaro donde el rico le ruega a Abraham envíe a Lázaro a dar testimonio a su familia para que no sufrieran en el infierno como él lo que por incrédulo padecía.

Claramente Abraham le responde acerca del testimonio de Moisés y los profetas que vivían entre ellos y lo difícil que resultaba que esos testimonios ayudaran a la incredulidad de aquel pueblo y que no había manera de persuadirlos.

Acaso no la murmuración del pueblo hebreo en contra de Moisés hizo que se quedaran tirados en medio del desierto a pesar de ver el respaldo y maravillas con las que Dios ayudaba a Moisés.

El testimonio de Moisés de su relación con Dios no era suficiente para aquel pueblo, ni aun para sus hermanos en algún momento.

Y qué del ungido David, siendo conforme al corazón de Dios, su testimonio no fue suficiente para persuadir, para convertir a su rey Saúl, ni a sus hijos, quienes con sus actitudes destruían aquel testimonio.

Pensemos en José, escogido y amado del padre, con un testimonio de soñador que creía a Dios y en Dios, lo que hizo que sus hermanos lo aborrecieran y provocaran tiempos de cautividad y prisión para José, la envidia y maldad de sus hermanos. Sin embargo Dios estaba con él.

Y qué de Aquel que a ellos vino y no le reconocieron, no le recibieron. Aquél Varón que después de curar enfermos, de dar libertad a los cautivos, de quitar vendas a los ciegos y anunciarles ls Buenas Nuevas de Salvación, lo mal informaron, lo insultaron, lo golpearon, lo escupieron, lo crucificaron; con el propósito de destruir el testimonio que de Hijo de Dios tenía.

Entonces, qué hacer ante la sugerencia de guardar nuestro testimonio. Cosa difícil es. Los ciegos no pueden ver, los sordos no pueden oír, a lo malo le dicen bueno y a lo bueno le dicen malo.

Si no han podido ver el testimonio del mismo Cristo de la Gloria para creer en El, cómo podrán ver y creer en nosotros. Si no han podido creer en el hacedor de maravillas, en el Cristo que sana, salva, libera y prospera, qué de nosotros que estamos en proceso de restauración. Entonces lo importante es saber qué cree, qué piensa Cristo de nosotros, porque El es el que levanta nuestra cabeza y nos colma de favores y de honra. Amen.

No estamos solos

Días atrás escuchaba a un gran siervo del Señor que con mucha preocupación, con mucho descontento le preguntaba a los pastores y al los profetas qué estaban haciendo en estos difíciles momentos para alentar a los hijos de Dios que hoy se encuentran tristes, decaídos, confundidos o perplejos ante la maldad de los hombres.

Les preguntaba qué están haciendo para animar, consolar, edificar a esos hijos del Señor que están siendo burlados, avergonzados, porque los endemoniados se han volteado, queriendo destruir de cualquier forma al cristiano y lo que es peor, en ese ejército enfilan hermanos en Cristo. Qué hacen los pastores y líderes cuando hermanos se agrupan y reúnen con impíos en contra de los ungidos de Dios; no importando si es para calumniar, estafar, robar o humillar a aquellos que valen la Sangre de Cristo.

Ahora ya no solo se lucha contra Satanás, los suyos y sus planes de maldad sino contra hermanos que se esfuerzan por lastimar al Cuerpo de Cristo para que heridos rompan su relación con Dios y los dones que han recibido se debiliten, se desquebrajen, se opaquen.

Indiscutiblemente nada nuevo hay debajo del sol dicen las Escrituras en el libro de Eclesiastés porque en Isaías 42.18-22 hace una tremenda llamada de atención a los siervos por la misma situación, un pueblo saqueado y pisoteado, atrapados en cavernas y en cárceles escondidos puestos para despojo y no hay quién los libre dice El Señor: Despojados y no hay quien diga Restituid.

Por tal razón en Isaías 43 El Redentor envía su Palabra para recordarnos que no estamos solos, que aquél que nos salvó no dejará que seamos tocados; hay promesa para aquél que hoy se siente solo, abandonado, señalado, calumniado, amenazado. No temas porque yo te redimí, te puse nombre, mío eres tú dice El Señor.

Cuando pases por las aguas yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarás. Cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti porque yo Jehová tu Dios, el Santo de Israel, soy tu Salvador.

Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí, el que contra ti conspirare, delante de ti caerá, dice El Señor. Isaías 54.15

Ninguna arma forjada contra ti prosperará y condenarás toda lengua que se levante contra ti por juicio. Esta es la heredad de los hijos de Jehová y su salvación de mí vendrá dice Jehová. Aleluya.

Un encuentro personal con Dios

Hace algunos días pasé por un momento muy difícil, donde pude sufrir de la corrupción que sufre mi país en las diferentes instituciones de justicia, provocando en mí un asombro del cual voy saliendo gracias a Dios y su Palabra poderosa. Esto me hizo pensar que la justicia en manos de perversos es un mounstro. Pensé entonces en Moisés y en su actitud frente a aquel poderoso pero perverso gobernador del imperio egipcio y de su valor al enfrentarlo, sabiendo que una palabra de ese Faraón era suficiente para que fuera ejecutado. Habrá sentido temor? Porque es de nosotros tener o sentir temor frente a cosas mayores que nosotros.

Qué movió a Moisés a proseguir con el plan de salvación del pueblo hebreo que se le había encomendado el mismo Dios? No fue acaso aquel momento divino en el Monte Horeb, donde tiene su encuentro personal con el mismo Dios Todopoderoso, el Dios invisible, el Gran Yo Soy y su Palabra y sus promesas hacían de Moisés el varón valiente, seguro y confiado que el que lo había escogido no le iba a fallar.

Es que un encuentro personal con Dios produce la fe; porque la fe es la habilidad y la facultad de ver al Dios invisible (Hebreos 4.27). Cómo es posible que Moisés escogiera una vida de rechazos del mundo y dificultades, dándole mayor valor al vituperio de Cristo, que a todas las riquezas que le ofrecía Egipto. Moisés era el próximo Faraón por ser el hijo de la hija del Faraón y sería el dios de Egipto, mas habiendo visto al Dios verdadero, le resultaba imposible seguir en el camino del error y prefirió el vituperio de Cristo y abandonó todo.

Moisés por la fe pudo ver cumplidas las promesas de Dios, los tesoros en el cielo para él que en nada se comparaban con los de Egipto (Hebreos 11.24-26) y dejó el imperio.

Por eso hoy, no te dejes engañar por la adversidad que Faraón pone delante de ti para matar tus sueños y olvidar aquellas promesas que han salido de la misma boca de Dios, porque no ha sido una buena idea tuya sino el mismo pensamiento de Dios para ti, la respuesta del pacto que un día atrás hiciste con el Todopoderoso.

Las mieles de su amor y su Palabra son más fuertes que las dificultades del enemigo y sus compinches, para que prosigamos, pues nada ni nadie podrá cancelar o anular los planes de bienestar que Dios tiene para sus hijos. Aleluya.

Jesucristo es el Salvador

Si alguno de los atributos de Jesucristo llena mi alma de admiración y esperanza es saber que El es mi Salvador.

Aquel día cuando lo invité a que morara en mi corazón algo nuevo sucedió. Salvó mi espíritu, mi ala y mi cuerpo de toda opresión; salva mis pasiones y pensamientos, mis emociones y sentimientos; salva mis relaciones interpersonales, mis debilidades y fortalezas, mis caídas, tropiezos o deslices; salva mis finanzas; es que El es el Salvador. Me Salva de la acechanza del cazador, de la peste del destructor; me salva del calor abrasador y del frío congelador, es que El es mi Salvador.

Cuando equivocada en mi caminar por el mundo, tirado y derrotado dejé mi futuro en manos de los enemigos y malos negocios; allí estaba Jesús para salvarme y proveer todo lo que me hacía Falta. Hoy el está allí a la par tuya.

Si en noches de desvelos, fiestas o algarabías la salud te fue robada hoy Jesús, por sus llagas te ha sanado, es que El es el Salvador de nuestro ser completo.

Si en aquellos que te rodeaban gastaste o malgastaste lo que había en ti, hasta dejar una copa vacía, no temas, allí está el Salvador que llenará tu copa (tu vida) hasta rebosar.

Y cuando te parezca que tu tiempo se ha terminado allí está el Salvador Jesucristo, dispuesto a restituir el tiempo que se comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta. Y el salvador, Jesucristo mi Señor hará de tu templo postrero uno mejor que el primero y restaurará las ruinas que quedaron. Jesucristo en todo tiempo es el Salvador.

La Autoridad

Hace unos días platicaba con una de mis hijas de los problemas, falta de respeto del resto de sus compañeros hacia el jefe; del disgusto que había porque el jefe delegaba su autoridad en un compañero que era conocido como acosador de jovencitas, abusivo y falto de respeto hacia los demás, a pesar de tener una buena preparación académica.

Meditábamos acerca de lo difícil que es tener autoridad, porque lo más difícil es caminar con rectitud o solvencia e integridad.

Eso nos hizo pensar en los diferentes hombres en los que Dios delegó autoridad o bien en aquellos a quienes los hombres la otorgan. Entonces quedó claro que hay dos clases de autoridad: La formal y la moral.

La autoridad formal tiene límites, es dada.

La autoridad moral: es la que tiene poder porque se obtiene, nos la entregan voluntariamente los que nos rodean por las buenas actitudes, es consecuencia de una buena consciencia que es la voz de Dios.

Recordemos que el ser humano se compone de cuerpo, alma y espíritu (muerto o vivificado) donde el cuerpo es la anatomía, fisiología o morfología; El alma son las emociones y sentimientos; el espíritu, la consciencia, intuición, comunión (de mi espíritu con el Espíritu de Dios)

La consciencia es la que nos dice qué está bueno y qué está mal. La consciencia es la voz de Dios, no se puede descuidar, hay que oírla. Por esta razón la consciencia nunca está de nuestra parte sino de parte de Dios.

De no oírla se cauteriza y nos volvemos mentirosos, engañadores, hipócritas (1 Timoteo 4.2; Tito 1.15-16)

La autoridad moral se basa en la ética, unidad e integridad. Estamos equipados por Dios con principios, inteligencia (física, mental, emocional y espiritual y derecho de elección (libre albedrío) Deuteronomio 28.1.

Quiénes somos pues, cuando nadie nos ve o nadie nos oye? Cómo nos acercamos a Dios ¿Sin doble ánimo? O queriendo callar la conciencia?

Preocupémonos más de la consciencia que de la reputación porque la conciencia nos dice quienes somos y la reputación dice que los demás creen de nosotros por nuestros actos.

Los fariseos tuvieron autoridad formal, Jesús autoridad moral. A él sea la Gloria.

La Fe

Hay momentos en la vida que tenemos que vivir circunstancias que nunca imaginamos y que por lo tanto no podemos estar preparados para recibirlas. Sin embargo hay un libro que nos ayudará, nos guiará, nos recordará que no estamos solos: La Biblia. Escrito está que en ella han quedado escrito ejemplos vividos por nuestros antepasados para que nos sirvan. Hoy quiero recordar aquella porción de Lucas 8.43 donde nos habla de una mujer que padeciendo 12 años de flujo de sangre había perdido no solo sus recursos económicos sino su confianza, probablemente su esposo, pues era costumbre considerar inmunda a la mujer en los días menstruales. Pero un día en medio de su tristeza, angustia, depresión, aflicción y soledad vio entre la muchedumbre a aquel varón del que había oído sanaba a los enfermos.

Temerosa y avergonzada se iba acercando al grupo, aún sin saber qué hacer, cómo acercársele si todos sabían su caso. El Señor Jesús cada vez estaba más cerca, qué hacer? Todos lo rodeaban; sería una oportunidad perdida para ella de poder ser sana, lo vio pasar frente a ella y sin ninguna otra posibilidad se lanzó al suelo y logró tocar el borde de su manto. Aquel borde que desató sobre ella la virtud del Salvador de nuestro ser completo.

Jesús se detuvo y preguntó quién lo había tocado de manera diferente, pues todos lo estrujaban. Al ver a la mujer Jesús se sorprende, pero luego le sonríe y le dice: No temas, tu fe te ha salvado, vete en paz.

Al tocar el borde de su manto había recibido la virtud de la fe, pues la fe viene de la fuente que es Jesús. Escrito está. Cristo es el autor y consumador de la fe.

Jesús no solo nos ha dado salvación sino su fe y al dárnosla es nuestra esa fe. El no s sana con sus recursos más no en los nuestros. Romanos 1.17 Llegamos por la fe de cristo y para desarrollar nuestra fe en el proceso de la santificación.

Mas el justo por su fe vivirá. El que ha sido santificado por la fe de Jesús, vivirá. El Señor está en ti, cree en su Palabra y todo será hecho. Nada es imposible para El. Nada.

Si te salvó para vida eterna, de qué no podrá salvarte. Cuando sanó a aquella mujer, la salvó, la sanó de la tristeza y la angustia y la salvó no solo para vida eterna en el cielo sino de la vergüenza, la angustia y el repudio, de la soledad, del temor y de la Pobreza.

Victoria en Cristo

Muchas veces el Señor Jesús nos permite pasar por momentos en los cuales tenemos que pensar, recapacitar, sobre lo que hemos dicho y lo que hemos creído.

Es común escuchar o decir que cree más en Dios pero es muy diferente a creerle a Dios y es que creer su Palabra en medio de una gran batalla es un rato. El favor y el poder de Dios es tan grande que a la mente pequeña del ser humano resulta imposible pero Dios quiere manifestarse a sus hijos con su grandeza y sus planes de bienestar para nosotros.

Dios tiene Palabra y es tan verdadera que ha quedado escrita para que cuando la duda asalte tu corazón corramos a la Biblia y el Espíritu nos lleve a la verdad.

En su testamento, donde apuntó lo que tiene para ti y para mí, planes de bienestar, promesas de bendición, salvación, sanación, liberación y prosperidad. El no va a fallar. Su Palabra en El es sí y amén. No estamos creyendo en un dios muerto, sino en el Dios vivo que nos oye y nos responde. El Dios vivo que se sienta a la par tuya en tu cama, en el sillón, en tu mesa, debajo de aquella sombra del árbol, o entre los surcos para tener un momento de relación y de plática contigo. El no nos mira de lejos, el es el amigo fiel.

En las escrituras está y lo ha dejado para ti y que debemos declarar constantemente pues las tinieblas que están sobre nuestra cabeza para estorbar nuestra vida, se estremecen y huyen cuando hablamos como hijos de Dios, con Su Palabra pues es viva y eficaz y nada ni nadie puede anularla. Los planes de maldad y calamidad de las tinieblas se derrumban y derriban ante el Poder de la Palabra de Nuestro Dios.

Acaso David no derrumbó con la roca a aquella potestad, Goliat, y exhibió su cabeza públicamente destruyendo los decretos contrarios con los que había atormentado y acusado al ejército de Israel.

No hay opresión que no pueda ser destruida con la roca, Jesucristo.

Escrito está que seamos templo y morada del Espíritu de Dios y que donde está el Espíritu de Dios hay libertad y ésta Palabra es suficiente para echar fuera a todo espíritu inmundo que ilegalmente se meta a nuestro cuerpo, enfermándolo, oprimiéndolo, pues no tiene ningún derecho con nuestro cuerpo pues éste ya tiene dueño y mora en él y con la autoridad que Jesucristo nos ha dado, echamos fuera toda tiniebla usurpadora y declaramos libre el templo y morada del Espíritu de Dios, en el nombre de Jesús.

Recibimos la promesa que por su llaga somos sanados y Su Palabra se Cumplirá. Amen.

El no te va a fallar

Muchas veces los hijos de Dios se sienten en medio de un gran desierto y es que han pasado por una serie de situaciones difíciles que les hacen cuestionar quiénes son verdaderamente y es que equivocadamente hemos creído que somos intocables, que no nos pasará nada.

Pareciera que nos cuesta aprender porque está bien en el que es nuevo en la fe que aún desconoce la forma en que el Señor nos promueve al nivel superior se desconcierte, pero el maduro debería recibir con sumo gozo el examen para ascender.

Sin embargo sentimos que el cielo se nos viene encima, que Dios nos ha abandonado o que ya no nos escucha. El alma se llena de temor, angustia, desconcierto y duda.

Dios nos ha dejado un ejemplo muy claro en una mujer que está en el tiempo de dar a luz. Ciertamente días antes, meses han estado en una incertidumbre, (desierto) pensando que será lo que habrá de pasar y de que no es mucho lo que puede hacer para el momento mas que esperar confiadamente.

De lo que sí está segura es lo que espera. Esto la hace caminar con fuerzas, ilusiones y amor. Aún sobrellevando el sufrimiento en su salud, sueña en su regalo y en el tiempo del cumplimiento de lo establecido por Dios.

Cuando inició el proceso, muy pocos lo pueden creer, por meses Dios trabaja en medio de la obscuridad. Sin embargo hay señales, como el vientre creciendo que nos anuncia la promesa de Dios y que el cumplimiento de su promesa se acerca.

Hoy mas que nunca no debes permitir que los dolores y problemas del mundo invadan tu corazón de incertidumbre, porque si bien es cierto que los hijos de Dios no estamos libres de pasar grande problemas, también es cierto que Dios peleará por ti y siempre saldrás victorioso.

No hay victoria sin batalla y no seremos avergonzados los que hemos confiado en El.

Declara en todo tiempo la verdad de su Palabra y el Espíritu Santo te recordará los pensamientos de bien que tu Padre Celestial tiene para ti.

Jesucristo decreta en la cruz

Hace algunos días la Palabra que tenía de Dios a través de sus siervos era de reflexión acerca del tiempo que se está viviendo y oíamos crisis por aquí, crisis por allá, porque el Señor no quiere que caminemos en ignorancia o ciegos, porque escrito está que el pueblo antiguo se quedó tirado en medio del desierto por falta de conocimiento. El siempre nos equipa. Con qué propósito? Para que estemos listos para la batalla.

Entonces, qué sucede cuando nuestra vida es asechada por las tinieblas. Que hacemos? ¿Nos quedamos tirados, llorando y temblando? O peor aún blasfemando contra Dios como lo hizo Job? O nos levantamos con todo y carga y comenzamos a declarar y confesar los pensamientos de bien que Nuestro Dios tiene acerca de nosotros para darnos el fin que esperamos?

Hoy mas que nunca debemos recordar y declarar el sacrificio incomparable de Jesús en la cruz, porque no solo nos salvó de la muerte eterna, nos reconcilió con el Padre Celestial, derrotó y avergonzó a Satanás y sus huestes y principados (Colosenses 2.15) Sino decretó una serie de promesas y bendiciones que ninguna tiniebla puede anular. Fue consumado, todo fue hecho por nosotros.

Por eso cuando llegue el enemigo a contradecir la Palabra de Dios y las circunstancias que nos rodean y se vuelven adversas volvamos nuestra mirada a la cruz, que pasó allí?

¿Será que Jesús llevó todo el dolor, la burla, la soledad, la desnudez, las llagas en su cuerpo, los latigazos, la corona de espinas, la opresión del mundo y de las tinieblas en vano?

En cada momento, en cada circunstancia vividos por Jesús, decretó a nuestro favor anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la Cruz. (Colosenses 2.14)

Jesús decretó que por sus llagas somos sanados (1 Pedro 2.24) Entonces las enfermedades son tinieblas que están en el cuerpo del hijo de Dios ilegalmente. No tienen arte ni parte en nuestra vida. Tenemos todo el derecho y autoridad para echarlas fuera en el Nombre de Jesús y ordenarles que dejen libre de opresión nuestro cuerpo.

Una enfermedad nunca viene de Dios, porque El no puede dar de lo que no tiene. Allá en el cielo no las hay, por lo tanto no las puede desatar para la tierra. Jesucristo desea que tengas salud; ahora recíbela, tómala. (3 Juan 1.2) Jesús decretó que desea que seamos prosperados en todo, por lo tanto, la pobreza, la escasez, no vienen de Dios porque en el cielo hay prosperidad, calles de oro, alabanza, adoración, exaltación, honra y eso es lo que Dios tiene preparado para ti.

Jesús decretó que la riqueza de los pecadores están reservadas para los justos (Proverbios 13.22) Ningún pecador te puede quitar lo que Dios te ha dado o te ha prometido. Tenemos el derecho de reclamar lo que nos ha sido robado, es tiempo de restitución.

Todas las estafas, las deudas, traiciones y engaños que los injustos te hicieron el Señor que es bueno y es tu Padre te va a honrar con restitución, no sólo de lo perdido sino del tiempo que se comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta.

Por último, por hoy, Jesús decretó que todo lo que pidamos al Padre en Su Nombre, él lo hará (Juan 16.23) Y Jesucristo que es nuestro abogado está intercediendo por ti y por mí delante del Padre. Acércate confiadamente al Padre.

No hay nada ni nadie que pueda anular los decretos de Jesucristo a tu favor. Aleluya!

Jesucristo es tu Salvador

En paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo tú Señor me haces vivir confiado. (Salmo 4.8)

Cada noche al ir a la cama, te acomodas si enciendes el televisor, o no lo haces, de todos modos es un buen momento para descansar en compañía de Jesús, hablar con El de lo que viste o no viste en la televisión, la calle, tu trabajo, de tus aciertos y desaciertos del día y tu corazón, estoy segura, se llenará de gratitud pues notarás que en todo tiempo Jesús estuvo contigo; que envió a sus ángeles para que limpiaran tu camino y que la maldad que destruye al mundo no te pudo alcanzar. Es que Su Palabra se cumple y caerán a tu lado mil y al otro lado diez mil, mas a ti no llegará; ni la peste ni el destructor.

Puedes deleitarte hablando con él de todo lo que tus sentidos percibieron del mundo y aun de los temores y miedos que te pudieran provocar el caminar en él pues su presencia hará que te sientas bienaventurado por estar en el Plan de Salvación y Redención.

Jesucristo es tu Salvador, el que te salva no sólo de una muerte eterna al final de tu vida terrenal, sino te salva de todo aquello que quiera impedir que empieces a disfrutar de la vida eterna que desde el día que lo reconociste inició aquí en la tierra.

Jesucristo no sólo es el Salvador de tu alma, lo es de tu ser completo. El es tu sanador, libertador, proveedor, escudo y justicia, el que te amamanta, el camino, la verdad y la vida por lo que en Su Nombre puedes entrar confiadamente hasta el trono donde está sentado el Padre y saber que todo lo que le pidas en Su Nombre, él te lo dará.

Jesucristo es el camino al Padre y él te enseña a comunicarte y amarlo para que te sientas cubierto, respaldado, consolado y fortalecido por él.

Puedes vivir tranquilo, él no te va a fallar.

El Poder de Su Palabra

A menudo confesamos porciones de la Palabra de Dios que creemos haberlas hecho nuestras pero cuando llega la tentación o la prueba pierden sentido, validez y poder para declararlas. Parece que hemos creído a medias.

Parece que hemos creído a medias porque si relacionamos versos de la Palabra que hemos malentendido o no entendido, justamente éstos le quitan validez a otros; todo lo contrario a lo que Jesús con su Palabra tiene para nosotros.

Hay una porción que en este momento de crisis a todo nivel ha surgido como esperanza al hijo de Dios que se encuentra en aflicción; Jeremías 29.11 nos dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de bien y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

Pero cuando estamos en momentos de prueba y queremos fortalecernos con la porción también tan usada de Romanos 8.28 y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien… temblamos, lloramos, especulamos si será necesario pasar aquel dolor tan grande, aquella pérdida, esa enfermedad, ese golpe que nos presenta la prueba y nuestro corazón se entristece, confunde, angustia y el no soportarlo nos causa temor y es que nos olvidamos de que nuestro Padre Celestial ha dejado escrito que tiene pensamientos de bien para nosotros y no de mal y que por lo tanto no va a permitir una calamidad en nuestra vida, sino que esa prueba será vencida y pasará y entonces veremos que nos ayuda a bien.

No desfallezca tu corazón, su Palabra es en él si y amén. El no cambia y sus pensamientos de amor, paz y bienestar para sus hijos están escritos en la Biblia para que los recuerdes. No permitirá que la calamidad, que es un plan y un pensamiento contario a él destruya tu fe, corazón y relación con él. No permitas que tu enemigo disfrute viéndote sufrir y dudando de la Palabra de Dios, antes declara sus promesas, decreta y declara los pensamientos de bien que Jehová tiene para ti y las tinieblas saldrán huyendo derrotadas y avergonzadas porque la luz está en ti y en lo que confiesas. Dios no nos trajo hasta aquí para volver atrás, ni seremos avergonzados los que en El hemos confiado.

Hasta aquí nos ayudó Jehová y en el Nombre de Jesús y por su Sangre Preciosa somos salvos, libres, sanos y prosperados. A El sea la Gloria.

La Salvación es para todos

La Biblia es el libro donde vamos a encontrar todo acerca de Dios y de la naturaleza humana ya que el propósito de Dios es establecer y mantener una relación de amor, misericordia, gracia y poder con el ser humano.

Por esta razón encontramos diversidad de tratos de Dios y el hombre por la diversidad de temperamentos, caracteres, pecados y complejidades del hombre, de tal manera que nadie se quede sin la oportunidad del arrepentimiento y como consecuencia de su relación personal con Dios.

En Lucas 16.20-25 podemos leer y encontrar el trato de Dios con dos hombres con diferente forma de ser, sin embargo cada uno con su oportunidad de arrepentimiento y su buena o mala consecuencia. Ya en el verso 22 notamos la primera diferencia de trato: uno fue llevado por ángeles y el otro fue solo sepultado y no por el hecho de ser uno rico y el otro pobre, sino porque ambos tuvieron en su momento, oportunidad de arrepentirse de su maldad y desperdicio de vida.

En los versículos 23-26 ya aparece el lugar a donde llegarán y su condición personal. En el verso 27 hay un ruego de misericordia del rico por su familia porque es aquí en la tierra donde debemos decidir por Cristo Jesús y su plan de salvación y redención por nosotros porque una vez muertos habrá juicio, los muertos en Cristo partirán con él y los incrédulos al lugar donde fue aquel rico.

Por eso, si no has recibido a Jesús como tu Salvador, como tu Dios y no te has arrepentido de tu condición de pecado hoy a través de esta enseñanza Dios te visita para que te pongas a cuentas con él, pues de llegar el día de mañana y tengas que cerrar tus ojos a la vida, la oportunidad de salvación y de vida eterna con Dios no llegará a ti.

En vida debes decidir en escoger entre el camino del bien o del mal para recibir la recompensa de vida eterna con Jesucristo. Amen.

Jesús vino a rescatar lo que se había perdido

Siempre escuchamos decir, nosotros lo decimos, que Jesús vino a rescatar lo que se había perdido. Hoy nuevamente nos gozaremos de tan grande verdad; pero: ¿Qué se había perdido? ¿Dónde se había perdido? ¿Cuándo se había perdido? ¿Por qué se perdió? ¿Quiénes lo perdieron?

Lo que se había perdido fue aquel huerto, el huerto del Edén, lugar que Dios había dado a Adán y Eva para que vivieran en comunión con él, bajo su protección, provisión, autoridad y en obediencia por amor, sabiendo quiénes eran, disfrutando de todo lo que puso a su disposición para sojuzgarlo y multiplicarse. Pero ellos perdieron todo lo que Dios les había dado al salir del Huerto del Edén.

Cuándo se perdió? Cuando el hombre (mujer) entró en pláticas con el enemigo del hombre pues con sus tretas los hizo caer en su desobediencia perdiendo así la inocencia y se cubrieron, se escondieron de su Dios y Creador, perdieron la identidad yla relación con su Dios; Adán y Eva estaban vestidos de Gloria pero al dejar el huerto por su desobediencia perdieron:

  1. La comunión, relación con Dios. El Señor se paseaba en el huerto y hablaba con ellos. Dios vio que era bueno lo que había creado y se regocijaba en medio del huerto en la compañía de Adán y Eva. Ahora se escondían.
  2. Perdieron la autoridad para sojuzgar todo, lo que Dios les había entregado para que lo administraran. Perdieron la libertad, la identidad, se olvidaron quiénes eran para Dios.
  3. Perdieron la productividad. Lo que dio al hombre para administrar lo perdió. Perdió sus finanzas. Dejó de ser productivo. Dejó la tierra fértil.
  4. Perdieron la manifestación de Dios. La unción. Su poder, favor y portentos.
  5. Perdieron la mente de Reino. Para convertirse en servos, pero lo que Dios comienza lo termina y…en el Getzemaní, el segundo huerto, allí Jesús con llanto y ruego en oración, pide al Padre, de ser posible, no beber aquella copa, mas sin olvidar su propósito aquí en la tierra, clamó no se hiciera su voluntad sino la del Padre y en ese momento se estableció el Nuevo Pacto que daría la oportunidad de rescatar todo lo que se había perdido entre Dios y el hombre.

Getzemaní significa: Prensa de aceite. La oliva se trituraba con piedra y se prensaba hasta sacarle el aceite.

Aquel aceite, aquella unción llenó el Getzemaní, se derramó sobre nosotros, pues el Hijo de Dios no necesitaba más unción, el era el Ungido de Dios. No hay unción sin procesos, ni hay unción sin ser machacados como la oliva sin pasar por la prensa. Todo lo que necesita restauración necesita morir primero porque la Gloria postrera es mejor que la primera dicen las Escrituras.

Cuando Jesús fue entregado por Judas y llevado, ya estaba lleno de la unción y el segundo huerto había sido transformado por su aceite y lo que se había perdido fue rescatado y el plan de salvación del hombre se ponía en marcha.

Ahora solo corresponde al hombre recibir y desatar aquí en la tierra lo que desee, lo que necesite para que sea desatado allá en el cielo porque hay promesa de Dios:

Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo. Jesucristo ya lo hizo, todo por nosotros.

Actitudes que vencen las circunstancias

Somos reyes y sacerdotes, así ha dicho el Señor y muchas veces cumplimos con el papel de sacerdotes, siendo la cabeza o la ayuda idónea que se necesita en el hogar; tenemos nuestro altar familiar encendido, somos diezmadores, ofrendadotes, sembradores, ayudamos a los pobres, servimos en la obra del Señor y predicamos las Buenas Nuevas de Salvación, proclamamos el Nombre de Cristo, pero nos resulta difícil creer que somos reyes, aún cuando Dios nos lo ha dicho; talvez porque queda el temor de confundir o relacionar reyes con dioses como Satanás un día dijo a Adan y Eva, pero son términos completamente diferentes, Dios sí sabe lo que nos dice: Somos reyes.

Muchas veces llegan a nuestra vida, circunstancias que no solo se van a vencer con oración, ayuno o siembras sino con una buena actitud recordando que Dios nos hizo reyes y que debemos enfrentarnos a las circunstancias, a la batalla, con expectativas, por supuesto, de victoria. ¡Somos Conquistadores! Y él ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra vida.

Entonces, frente a estas circunstancias, batallas u obstáculos ¿Qué debemos hacer?

  1. Ver la victoria, no la derrota. Ver las promesas. Cuando David se presentó frente a Goliat, él vio las promesas de su rey Saúl. 1 Samuel 17.25 Le creyó a Dios de poder recibir esas promesas y en Su Nombre vio la victoria y derrotó a Goliat, aquel gigante que se burló de él y lo amenazó. Los que nos persiguen, nuestros enemigos serán destruidos y nunca más los veremos, lo que veré será la Victoria.

El Lugar de donde salimos a guerrear siempre será menor que el que nos tiene preparado el Señor. El nos abrirá camino, solo debemos caminar para poder conquistar la tierra que él nos ha prometido.

  1. Jehová pelea por mí y estaré tranquilo. (Exodo 14.14) Mía es la guerra dice el Señor y mía la venganza. El que toca a mis hijos, la niña de mis ojos toca. El que pelea contra ti, yo, dice el Señor, no voy con él y delante de ti caerá. Jehová es escudo alrededor de mí, mi gloria y el que levanta mi cabeza, porque nos ha puesto por cabeza y no cola. Somos reyes y príncipes de su Reino.
  1. Hay momentos para orar y momentos para marchar. Exodo 14.15. Cuando oramos le presentamos las circunstancias, problemas u obstáculos al Señor. El nos da las estrategias para vencer cualquier situación. Imaginemos lo que sintió Moisés cuando Dios le dice que extienda su mano sobre el mar, que alce su vara y divida el mar en dos y que pase al pueblo por en medio y sobre la tierra seca. Si Moisés hubiera tenido tiempo para pensar y analizar la orden de Dios, quién sabe qué hubiera hecho, no digamos el pueblo; pero hay momentos en que solo tenemos que obedecer y ordenarle a nuestra mente y a nuestro cuerpo marchar bajo la orden, la Palabra de Nuestro Dios.

No había tiempo de orar porque lo que vivían ya era parte de la respuesta a sus oraciones: Salir de Egipto. Muchas veces nos sucede los mismo, tenemos la respuesta a las oraciones que hemos hecho y cuando llega la respuesta no sabemos qué hacer y queremos seguir orando, recibiendo confirmaciones cuando lo que corresponde es marchar.

Una hermana durante tres años pidió al Señor le enviara un buen inquilino para su casa, que ya le quedaba muy grande. Cierto día se presentan varias personas que buscaban una casa grande para poner un sanatorio y habían buscado en la ciudad sin hallar lo que deseaban. La hermana recordó sus oraciones y sus siembras y al instante les dijo: Yo tengo una. Esta. Marcharon hacia la casa, la vieron y les pareció maravillosa y como les urgía se dieron 15 días para hacer el contrato y buscar trasladar todo a otro lugar.

Fue algo duro, un gran trabajo, pero había que marchar, caminar hacia lo nuevo, lo mejor, lo que Dios había respondido. Ahora la hermana goza de aquel fruto de su buena decisión de marchar sobre las promesas de Dios y en la certeza de que nunca seremos avergonzados los que hemos confiado en él.

  1. Dios busca gente de fe que busque partir obstáculos. Para moisés no fue difícil partir el mar, que como obstáculo a las promesas de Dios, tenía al frente. Solo le creyó a su Dios en aquellas circunstancias, obedeció y declaró su Palabra y el mar se abrió en dos. Moisés sabía que Dios no los había llevado hasta allí para volver atrás, o para caer en manos de sus enemigos. Su fe lo fortaleció pues sabía que no sería avergonzado por haber confiado en él.

Como reyes debemos ir a la conquista porque el Señor dice que todo lo que pisen nuestros pies, él lo entrega en nuestras manos y es nuestro. Deuteronomio 11.24.

Consejos ante la crisis

Después de haber reconocido a Jesucristo como el Unigénito Hijo de Dios, el Salvador y Redentor de nuestra vida, a través de Su Palabra, nos da ordenes que indudablemente son firmes, tajantes, inequívocas e inmediatas y que debemos obedecer, pues ayudados por el Espíritu Santo nos llevará a toda verdad y a la consagración de nuestra vida.

Génesis 12.1 “Vete de tu tierra y tu parentela y la casa de tu padre…”

Por qué? Josué 24.2 - Mateo 5.13

Dios dice que nosotros somos la sal de la tierra, la sal que tiene las cualidades de desinfectar, preservar y saborear, razón por la cual Dios nos ha dejado en el mundo, aunque ya no somos del mundo. Somos aquellos granitos de sal que al unirse con el agua (Espíritu) desinfectan las heridas, desinflaman los golpes, relajan y disminuyen los dolores y dan sabor y minerales a los alimentos.

Todos los elementos reciben su beneficio y sabor pero la sal no toma nada de ellos. Por eso el Señor claramente nos dice en 2ª. Corintios 6.14 que no nos unamos con yugo desigual con los incrédulos o en Josué 24.2 porque aún los padres son adoradores de otros dioses.

Tal es el caso de Lot y su familia. En el momento de crisis, cuando tuvo que tomar su camino apartándose del tío que lo ayudaba a causa de los diversos problemas que se dieron entre ellos por tener formas distintas de vida, aún cuando eran familiares.

Lot tras la oportunidad de escoger a dónde ir se dejó llevar por lo que veía sin percatarse que lo que escogía estaba tan cerca de un lugar de perdición, Sodoma; que lo abrazó con sus lujurias, vicios y corrupciones, llevando a su familia a unirse con desiguales.

El diablo es astuto y presenta un panorama a la vista atractivo y delicioso; pero lleva a la muerte. Con esta equivocada panorámica Lot y su familia se involucraron con la gente de Sodoma llegando a ser importantes en esa sociedad con cierto status, que cuando llegan los ángeles a sacarlos de la ciudad, se van con ellos pero en su corazón va Sodoma. Esto provocó que la mujer de Lot volviera su mirada al estruendo de la destrucción de Sodoma y que se convirtiera en una estatua de sal, que al pasar los días el aire, viento y el sol la borraran del mapa, pues nunca se supo más de sus restos.

Por otra parte, Lot y sus hijas caen en pecado de incesto, dando origen a una generación esclava del pecado de la sodomía. Entonces el unirse en yugo desigual desencadena grandes fracasos.

Hoy más que nunca, cuando el tiempo de las oportunidades para los hijos del Señor ha llegado, antes de decidir presentemos a Dios en oración toda oportunidad para que él nos muestre, nos diga si es, o no lo que nos conviene, pues correremos el peligro de ser engañados al hacer contratos sociedades, convenios, etc. (Gn.3.1-6)

Adán y Eva fueron engañados, no por un ángel sino por el mismo Satanás en la serpiente entrando en conversación con ellos endulzándoles el oído con mentiras que parecían verdades hasta convencerlos, haciéndolos caer en desobediencia a la Palabra que Dios les había dado.

De la misma manera los hijos de Dios pueden ser provocados al pecado por aquellas cosas que parecen fáciles de adquirir, ser impactados por aparentes milagros o regalos del mundo, pues el enemigo como imitador puede mostrar a nuestros sentidos milagros mentirosos torciendo la Palabra de Dios y queriendo poner a Dios como mentiroso. Gn. 3.4-5.

Añadir, quitar o torcer la Palabra de Dios es una estrategia de Satanás y con ello busca, como pasó con Adán y Eva, hacerles creer que para ser importantes y hasta dioses no se necesita respetar y cumplir leyes o reglamentos, mucho menos lo establecido en las Escrituras, Palabra de Dios; sino que los hombres son capaces de distinguir lo bueno de lo malo, que lo pueden hacer todo porque saben decidir solos. Pecado de presunción. Jesús siendo el unigénito de Dios, se presentó en todo momento, delante de su Padre pidiendo su dirección, cuanto más nosotros pecadores, faltos de sabiduría sin su guianza.

Imitemos a Jesús y busquemos en todo tiempo el consejo de Dios para poder distinguir entre lo genuino y lo falso y en estos tiempos de crisis seremos victoriosos.