Hace aproximadamente dos meses, recibía una porción de la
Palabra de Dios en el momento más oportuno, justamente como lo hace El. Para
cada día El tiene la porción adecuada, sólo es de esperar en El, hablarle y
otras veces callar para que El hable y todo aquello que diga hecho será.
Insistió mi Señor por varios días en aquella porción
sabiendo que es necesario que lo que dice descienda a nuestro corazón y para
ello no importa cuántas veces lo tenga que repetir, como el padre insiste a su
hijo sobre aquello que necesita saber. Así es que si El Señor insiste en una
porción, detente y atiéndelo porque viene bendición a tu vida.
El domingo pasado desde que me senté y escuché la voz del
Señor de la boca del pastor, sabía que me hablaba. Era el momento, el tiempo de
sellar Su Palabra en mi corazón pues al día siguiente necesitaría de esa
convicción.
Entre lo poderoso que dijo el pastor fue: No importa la
condición de fe que hoy traigas; si es tan grande como para creer que basta una
Palabra del Señor para que todo aquello que necesitamos y esperamos sea hecho
como sucedió con el centurión y su
siervo (Mateo 8.5-13), quien buscando a Jesús creyó que en cuanto dijera la
Palabra su siervo sanaría y así fue, o
bien cuando la frustración, la tristeza, la tardanza en la respuesta, el miedo
o la ansiedad han matado los sueños y la fe y como aquella mujer viuda lleva en
un féretro al hijo que era su esperanza de sostén y de honra y desconsolada
creía que era el fin de su vida. Pero se encuentra con Jesús y El tocó el
féretro y en un instante se levanta aquel muchacho y la esperanza y la fe de
aquella viuda se levanta con El. (Mateo 15.1-28)
Si, así es el Dios en el que has creído, El está con
nosotros extendiendo Su Mano de ayuda en
los tiempos donde todo va bien y donde pareciera que todo está mal, donde ya no
sabemos ni quiénes somos y la fe está como muerto que llevamos cargado en la
espalda.
Es impactante, maravilloso ver cómo siempre Jesús nos
aparece con las respuestas que esperábamos, con sus deliciosas y poderosas
palabras diciéndonos lo cerca que está y el trabajo que hace a nuestro favor.
Solo espera que mañana al levantarse el sol verás la Gloria
de Dios en tu vida y con ella la honra del Padre celestial que te ama.