miércoles, 18 de abril de 2012

Jesús, Su Reino y las doctrinas


Caminando por la calle recibí de la mano de un anciano una hoja que al leerla vi que contenía una serie de preguntas sobre un mismo tema, tema que han convertido en doctrina en una congregación o grupo religioso.
En un momento pensé lo bien documentada que estaba y al instante el Espíritu Santo me dijo: Jesús y Su Reino no son doctrina.

Jesús es El Dios viviente que salva, sana, libera y prospera. Jesús es El Redentor, el Camino, La Verdad y La Vida y nadie llega al Padre sin no es por El. El es el Gran Yo Soy, el Alfa y la Omega, El que hizo todo y para quien fue hecho todo, el Todopoderoso, y el Amigo Fiel, el Cordero de Dios, el Altísimo, El omnipotente, El que levanta mi Cabeza y en las alturas nos hace andar. Jesús el Lirio de los Valles, la Rosa de Sarón, el Ángel de Jehová, el que vendrá y no tardará.

El Reino de Dios no  es una doctrina, es el lugar donde fuimos trasladados en un abrir y cerrar los ojos, donde la luz prevalece y no hay tinieblas, donde está todo lo que Dios tiene preparado para sus hijos, es donde se vive bajo la Constitución Espiritual con sus mandatos y leyes apuntados en La Biblia por el Mismo Espíritu Santo para regir la vida del hijo de Dios.

Es el lugar donde Dios nos pone como cabeza y no como cola, donde tenemos el poder de atar y desatar, donde ganamos las batallas, donde bendecimos y somos bendecidos, donde Dios hace a su obrero digno de su salario.

Es donde están los tesoros escondidos y donde Su Palabra los manifiesta, materializándolos para que los usemos aquí en la tierra.

Entonces, Jesús y Su Reino, no son una doctrina, sino una relación.

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