miércoles, 23 de mayo de 2012

La Soberanía, Misericordia y Compasión de Dios



Muchas veces alabamos a Dios declarando su soberanía, pero realmente desconocemos el significado de éste atributo de Dios y en algunos casos nos ha causado temor o desánimo creer  que Dios en su soberanía no nos va a dar lo que le pedimos porque no hemos hecho nada para merecerlo o que no valemos tanto como para que nos escuche y peor aún, para que nos responda pues hacemos tan poco para El.   Esto solo demuestra que desconocemos de su soberanía.

            En la soberanía de Dios podemos encontrar su misericordia y su compasión.

Vemos en el caso de aquel centurión, que sin ser parte del pueblo de Dios, Jesús atiende a su suplica y se hizo como ese centurión creyó y deseó. Mateo. 8:05-13.

            Por otro lado vemos como Jesús en su compasión,  atiende la necesidad de aquella viuda que llevaba entre lágrimas y aflicciones a su hijo muerto.  Sí,  Jesús tocó al muerto volviéndolo a la vida y con ello a su madre viuda pues este hijo no solo era el amado sino el sostén de la madre Mateo. 15: 1-28

            Entonces las escrituras nos enseñan que Dios se mueve con misericordia  con auellos que no son sus hijos  pero que creen  “que le hay”.  Y se mueve a compasión con sus hijos aun en los momentos en los que la fe está dormida, enferma o muerta por el dolor, la tristeza, la angustia, y otros, como escribía en el tema anterior.
            Así es su soberanía.  Dios hace como quiere y con quien quiere y no ha escondido su amor al mundo, mucho menos a sus hijos.

            Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y tendré compasión del que yo tenga compasión dice el Señor.

            No depende del que quiere o del que corre sino de Dios y por esto no depende de lo que haces o no haces en su obra ni si estas en una grande o pequeña congregación, si lo mereces o no lo mereces, sino porque Dios es soberano. 

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