lunes, 2 de mayo de 2011

Confiesa pues no serás avergonzado


Hace algunos días conversando con unas personas, les contaba de las pláticas que he tenido con El Señor Jesús. Me escuchaban asombrados y cuando concluía mi intervención yo misma pensaba, si no tuviera la certeza de haber escuchado Su Voz, no podría hablar con la propiedad que lo hacía pero, qué pensaban los que me escuchaban pues no conocían a Jesús y mucho menos han tenido una relación con El. Por supuesto que les presenté a Jesús, les hablé de Su Reino y de sus añadiduras comparándolas con el mundo de las tinieblas, su príncipe y añadiduras; que solo hay un Salvador, Jesucristo El Señor.

Cuando nos despedimos seguí pensando en aquellas tremendas pláticas que he tenido con El Señor y en lo atrevida que fui al contarle lo que a El digo pero más atrevida al contarles lo que él me dice.
Señor, le dije, seguramente se han de burlar de mi y ahora qué? Si como en otras ocasiones debo esperar con toda confianza pues tengo la certeza que quien me lo dijo fue El y que un poco de tiempo más y veré sus promesas cumplidas porque la fe cree en lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible.

Al llegar a mi habitación estaba inquieta, puse la televisión en el canal cristiano que estaba y llamó mi atención la voz de una sierva que solamente dijo “por imposible que te parezca tu sueño, nada es imposible para Dios” y terminó el programa.

Mi corazón se quebrantó pues el Señor había visto mis pensamientos y la acechanza del enemigo poniendo duda, pues lo que hemos hablado con mi Señor es tan grande e imposible para los hombres, pero claramente me recordó que, El está en el asunto y que nada es imposible para El, como está escrito.
Dios confirma su Palabra a través de milagros y prodigios y sus respuestas nos sostienen, afirman y alimentan nuestra fe.

Yo se en quién he creído, yo sé en quién he confiado; a Dios sea la Gloria. Amén.

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