jueves, 1 de abril de 2010

Jesús el Libertador


En los caminos del Señor todos los días, todos los meses y todos los años son buenos. El ha prometido que el camino del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto, por lo que el Señor dice también, que no debemos decir que los tiempos pasados fueron mejores.

Sin embargo hay momentos en la vida o temporadas a veces donde parece que el Señor se ha escondido de nosotros; hay montañas entre El y nosotros o abismos que nos resultan muy difíciles de cruzar. Entonces nuestro corazón se aflige, se atemoriza pues, a quién iremos si sólo El tiene palabras de vida eterna; si, de vida eterna porque en cada paso que damos, Jesús nos da la porción necesaria para caminar fortalecidos, motivados y esperanzados en Su Palabra.

Desafortunadamente el ser humano tiene el peligro de quedarse estancado, resagado, acomodado aún a las malas circunstancias.

En Juan 5 aparece la historia de un paralítico que hacía 38 años que estaba enfermo y que había pasado a la orilla del estanque a la que acudían todos los enfermos (cojos, ciegos, paralíticos, etc.) y con tristeza los veía pasar frente a él sanos al salir de la fuente y él pensaba en el día de su oportunidad. Nadie le ayudaba a salir de aquel modo de vivir.

Muchos que lo veían eran movidos a lástima, otros se burlaban de su estado y su paciencia; otros se impacientaban al ver que no hacía otra cosa que esperar y esperar quién lo ayudara.

Las circunstancias mantenían paralítico al hombre, pero un día Jesús lo visitó, lo vio acostado en su lecho y le ofreció sanidad. El paralítico le cree y la recibe y tomó su lecho y caminó.

Bienaventurado el que conoce el día de la visitación de Dios porque a partir de ese día somos libres de todo aquello que nos paraliza, nos estanca.

Busquemos en todo tiempo el auxilio de nuestro Salvador Jesucristo, porque los hombres que buscan solo su beneficio van a pasar sobre ti sin tenderte la mano. Es el mejor tiempo para tomar la mano y la promesa de Jesús pues sus planes para nosotros son de bienestar para que alcancemos el fin que esperamos. Gracias Jesús.

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