miércoles, 24 de noviembre de 2010

Jesús sacia tu hambre


Muchos hijos de Dios desde hace algunos años viven en conflicto en su alma. Resulta que fueron enseñados en tiempos pasados que el hijo de Dios no tenía derecho de pedir nada al Padre y que sólo debería esperar lo que El quisiera dar (como limosna) pues era un pecador indigno.

Por otro lado se escucha en este tiempo a siervos del Señor que hablan de pedir al Padre todo lo que haga falta y de cómo El concederá los deseos, anhelos y sueños de nuestro corazón; y han pasado los años y el corazón del hijo de Dios está triste, frustrado, desesperanzado..pues mira lo que Jesús dice en Marcos 8.1-9 (lee)  Que bueno que Jesucristo es el mismo de ayer, hoy y por los siglos, y aquella compasión que sintió por aquellos que los seguían por hambre espiritual, es la misma que siente por ti y por mi hoy.

¿Hace cuánto caminas con Jesús? ¿Hace cuánto que lo escuchas? Pero, ¿Hace cuánto que  tienes hambre? ¿Hace cuánto que estás en pobreza y escasez? Jesús dijo y dice… Tengo compasión de la gente porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen que comer.

Seguramente Jesús los veía llenos de Su Palabra, con rostros resplandecientes ante su presencia, llenos de ilusión y expectativa pero, como El es perfecto, no podía ignorar que tenían hambre y sed pues en aquellas tierras desérticas no podían conseguir ni agua ni comida;  como hoy solo Jesús tenía la salida; llamó a sus discípulos para saber con qué contaban pues Jesús siempre nos va a preparar y multiplicar de lo que tenemos, no importa lo que sea, eso será el punto de partida del Señor pues siempre tenemos algo, sólo queda ponerlo delante de El. (Marcos 8.5), y tenían 7 panes y 7 peces.

Esta enseñanza es una de las que nos permiten conocer el deseo de Jesús. El desea que seamos prosperados en TODO para que no desmayemos en nuestro caminar junto a El. (Marcos 8.3) y responde a nuestras necesidades y deseos.

No es casualidad que fueran siete panes y siete peces. Justamente son siente los días de la semana y así nos profetiza que El está dispuesto a saciarnos cada día de la semana así en el espíritu, en el cuerpo y en el alma, solo hay que permanecer junto a El.

Dios nos hizo tripartitos y nunca descuidaría ninguna de las partes de nuestro ser. Podemos desmayar si no tenemos Su respuesta por eso es que nuestro milagro está cerca.

El es fiel para sostenernos. A El sea la Gloria por los siglos de los siglos, amen.

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