domingo, 21 de noviembre de 2010

¿Qué tienes en tu mano?


¿Qué tienes en tu mano?

Dios ha prometido que vienen tiempos mejores para sus hijos y por Su Espíritu esta verdad se sella en nuestro espíritu y nos levanta en esperanza y en fe.

Puede ser que en este momento estés pasando el momento más oscuro de tu vida, en medio del frío de la soledad, de lágrimas de tristeza, desesperación e impotencia, de abandono u olvido de todos aquellos a los que has amado y piensas con impaciencia, cuándo, cuándo llegará el cumplimiento de esta promesa.

¿Qué hay en tu vida que Dios no pueda transformar?
Aunque pienses que nadie puede hacer nada, que es muy cierto, Dios está dispuesto a cambiar tus tiempos malos y hará lo imposible para ti.

Ahora reflexiona por un momento y mira ¿Qué tienes en tu mano?
Moisés cuando era perseguido a muerte por el faraón tuvo una vara y con ella abrió el mar y pasó al otro lado sin tener siquiera que pelear contra él.

Abraham solo tenía a Isaac, lo presentó delante de Dios y El lo hizo padre de naciones.

Los discípulos solo contaban con siete panes y siete peces que llevaron delante de Jesús y dieron de comer a una gran multitud.

La viuda con su poco de aceite presentado, recibe vasijas y vasijas de aceite para mucho tiempo.

¿Qué es lo que tienes en tu mano? Por pequeño que te parezca, Jesús lo puede multiplicar y prosperarte.

Una vez yo comprendí esta verdad y en medio de la aflicción Dios me dijo esta frase tan sencilla y yo le respondí: lo único que tengo es mi casa. La presenté delante de El y a los pocos días el Señor me prosperaba a través de e ella y aún me anunciaba que un diamante de grandes dimensiones era esa casa para mi.

Sé que así es y ahora presento ese diamante delante de mi Dios, que es lo que tengo en mis manos y pronto, muy pronto, testificaré de la multiplicación que Dios hizo de lo que tengo en mi mano.

Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y si a aquellos les multiplicó lo que tenían en sus manos, lo mismo hará para mi y para ti.

A El sea la Gloria por los Siglos. Amén.

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