miércoles, 8 de diciembre de 2010

LA CORRIENTE DEL ESPÍRITU SANTO

Muchas veces hemos escuchado el consejo de algunos pastores que enseñan la necesidad de respetar los diferentes mensajes de pastores y no digamos, sus ministerios, pues el respetar sus unciones nos permite recibir y disfrutar lo que el Señor les ha dado.

Desafortunadamente hay muchas personas estancadas a causa de no dejarse llevar por el río del Espíritu Santo, por no recibir las revelaciones nuevas dadas a sus siervos.

Esto provoca tristeza, frustración y hasta caída de muchos hijos del Señor pues a su alrededor ve cómo muchos de sus hermanos prosperan, caminan como la luz de la aurora y ellos con las mismas necesidades de hace mucho tiempo atrás.

El saber posicionarse en el fluir del río del Espíritu Santo a través de los diferentes ministerios trae a la vida maravillosas consecuencias.

Dios nos ha prometido que el caminar del justo es como la luz de la aurora que va en aumento… y que la obra que él empezó en nosotros la terminará. (Filipenses 1.6) pero en ese caminar del justo como en el terminar su obra vamos a vivir un proceso y un desarrollo en donde lo que nos corresponde hacer es renovar nuestro entendimiento para estar aptos para que Dios nos pueda meter en el fluir del río de Su Espíritu y veamos y vean los demás que nuestra vida espiritual y material va en aumento, que se va perfeccionando hasta que El concluya Su obra en nosotros.

No podemos seguir criticando, menospreciando o rechazando las emociones que nos permiten vivir las diferentes temporadas que nos sacan del estancamiento metiéndonos en el fluir del río del Espíritu Santo.

Ya no es posible seguir viviendo como viven los que no conocen a Jesús o aún en peores condiciones por no dejarnos meter en Su río, en Su corriente.

El Señor nos ha anunciado que vienen tiempos mejores para sus hijos, pero si no vas en Su fluir, en Su río quedarás sin vivir Sus promesas.

1 comentario:

  1. Excelente comentario, buscaba algo así para compartir en estos tiempos donde hay que buscar la llenura del Espíritu Santo de Dios

    ResponderEliminar